En la actualidad se puede decir que el concepto de salud laboral ha evolucionado abarcando no sólo las condiciones físicas, sino también la salud o condiciones mentales de los trabajadores.
Cuando contamos con un entorno laboral saludable y seguro, no sólo prevenimos los accidentes de trabajo físicos, además, protegemos la salud mental de quienes forman parte de él. En nuestro post de hoy hablaremos sobre cómo la salud mental y la salud laboral están interconectadas y por qué es esencial prestar atención a ambas en cualquier lugar de trabajo.
¿Qué conexión hay entre salud laboral y salud mental?
Al decir salud laboral lo normal es que nos lleve a pensar en equipos de protección, protocolos, normas, regulaciones que mantienen a salvo a los trabajadores. No obstante, la salud mental juega un papel tanto o más importante en esta ecuación y va indisolublemente de la mano. Un entorno laboral tóxico, estresante o con un nivel de exigencia muy alto (en el que no se tienen bien dimensionado el puesto de trabajo exigiendo muy por encima del tiempo de dedicación oficial) puede desencadenar situaciones de agotamiento físico y mental y problemas mentales incluso graves (siendo los más conocidos la ansiedad fruto de un estrés continuado o la depresión, aunque no son los únicos), desencadenándose en muchos casos el síndrome del burnout (síndrome del empleado "quemado").
Cuando un trabajador llega a este punto, su capacidad de toma de decisiones y su nivel de productividad decrece lo que genera mayor frustración. Además, todo esto repercute en la vida privada del trabajador y comienza, entonces, un círculo vicioso del que es complicado salir.
¿Priorizar la salud mental es una estrategia de seguridad laboral?
Priorizar el bienestar mental en el trabajo permite el desarrollo personal de cada empleado. También actúa como una estrategia de seguridad para toda la empresa. Una mente en equilibrio puede responder mejor ante situaciones de riesgo, tomar decisiones con claridad y mantener una actitud de alerta en todo momento.
Por el contrario, el estrés, la ansiedad y la fatiga mental pueden afectar gravemente la capacidad de una persona para mantenerse segura y cuidar a quienes la rodean.
Asignar a la salud mental la importancia que tiene es, a parte de un acto responsabilidad social, una estrategia de seguridad laboral que beneficia, por tanto, a empleados y a empresas.
¿Cuáles son los beneficios de considerar la salud mental como parte de la estrategia de la seguridad laboral?
1. Mejora la capacidad de respuesta ante el estrés: En entornos laborales donde el bienestar mental es prioridad, la dimensión del puesto de trabajo y el nivel de carga de trabajo son más adecuados. Esto permite que el trabajador pueda desempeñar más eficazmente sus tareas. Cuando una persona cuenta con herramientas y apoyo emocional, es más probable que pueda enfrentar imprevistos con serenidad, evitando reacciones impulsivas o decisiones que puedan poner en riesgo su seguridad o la seguridad.
2. Reduce los errores humanos: un trabajador estresado o agotado tiene mayor probabilidad de cometer errores. La fatiga mental afecta directamente sobre la concentración, la memoria y la precisión en las tareas diarias, lo cual es un factor de riesgo en muchos trabajos. Las empresas que promueven un entorno laboral saludable suelen experimentar menos incidentes derivados de errores humanos, ya que los empleados tienen un mejor estado mental para cumplir sus funciones.
3. Fomenta una cultura de cuidado mutuo: el bienestar mental también promueve relaciones laborales más sanas y una cultura de apoyo y cuidado mutuo. Cuando los empleados sienten que trabajan en un ambiente en el que son y se sienten valorados, en el que se les cuida de manera integral, teniendo en consideración su salud mental, están más dispuestos a colaborar y apoyar a sus compañeros. Esto refuerza la seguridad en el lugar de trabajo, ya que los empleados se cuidan mutuamente y están más atentos a las necesidades y riesgos compartidos.
4. Disminuye el ausentismo y reduce la tasa de rotación: El ausentismo frecuente y la alta rotación de personal pueden afectar la estabilidad y seguridad de un equipo, así como a la productividad de la empresa (no olvidemos las curvas de aprendizaje y lo que conllevan en este sentido). Cada vez que un empleado falta o se marcha, el equipo pierde experiencia y cohesión, lo que puede llevar a malentendidos y errores. Un enfoque en el bienestar mental contribuye a la estabilidad de los equipos, reduce la rotación y ayuda a retener a los empleados a largo plazo, creando un ambiente de trabajo más seguro y confiable.
5. Refuerza la toma de decisiones seguras: La salud mental influye en la capacidad de las personas para evaluar riesgos y tomar decisiones rápidas y seguras. En un entorno donde el bienestar mental es prioritario, los empleados están en mejores condiciones para analizar situaciones y actuar de manera segura. Esto es especialmente crucial en trabajos de alto riesgo, donde una decisión errónea puede tener graves consecuencias.
Conclusión: seguridad y bienestar mental, un binomio indispensable
Priorizar el bienestar mental es una inversión en seguridad. Los trabajadores que cuentan con apoyo emocional y herramientas para gestionar el estrés no solo son más productivos, sino que también contribuyen a un ambiente laboral más seguro. Crear una cultura empresarial que valore la salud mental es una estrategia que protege a cada persona y fortalece al equipo en su conjunto, promoviendo un futuro laboral más seguro y saludable para todos.